Fue adoptado y ahora vive en un lugar donde es amado.
Para un perrito que ha tenido una vida difícil y que ha sufrido abuso por parte de algunas personas con malas intenciones, es casi imposible no temerle a los humanos y sentirse disminuido ante cualquier intento de acercamiento, aunque este sea por parte del personal de un fundación de rescate animal.
Volver a confiar en las personas no es algo que se da de la noche a la mañana y eso algo que los voluntarios de “A Place to Bark” lo saben muy bien.
Ellos rescataron a este perrito hace algunos años, lo sacaron de control animal (donde estaba destinado a ser sacrificado) y le buscaron un hogar, pero antes de encontrarle una familia, el can debió aprender que no todos los humanos son malos.
Mientras estuvo en el refugio, donde le dieron un hogar temporal, agua y comida. El perrito siempre se mantuvo temeroso, vivía en el rincón más lejano de su canil y estaba encogido, tratando de protegerse.
El personal de “A Place to Bark” fue muy paciente y gracias al amor y al cariño que le demostraron, poco a poco fue comprendiendo que podía confiar, que no le harían daño, que todo estaba bien y que su situación iba a mejorar.
Afortunadamente, al poco tiempo fue adoptado y ahora vive feliz con su familia. “Este perro fue adoptado hace muchos meses y ya no tiene miedo de nada. Lo rescatamos del control de animales en abril pasado”, informó el centro de rescate.